En una jornada cargada de tensión y alarma, militares bolivianos con tanques y armamento pesado hicieron presencia este miércoles frente a la sede del Gobierno en la ciudad de La Paz. El presidente Luis Arce denunció públicamente estos «movimientos irregulares» y ciudadanos y medios locales corroboraron la inusual movilización militar en el centro político del país.
El comandante general del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, se desplazó en un tanque, seguido por varios vehículos militares, y amenazó con tomar la sede del Ejecutivo. Esta demostración de fuerza ha sido interpretada como un acto de desafío directo al Gobierno de Arce. En declaraciones a los medios, Zúñiga insinuó cambios en la administración gubernamental, afirmando que «Bolivia no puede seguir así».
El expresidente Evo Morales, quien gobernó Bolivia de 2006 a 2019, reaccionó rápidamente calificando los hechos como el preludio de un «golpe de Estado». Morales hizo un llamado a una «movilización nacional para defender la Democracia» y acusó a Zúñiga de liderar esta operación militar.
Los eventos en La Paz se desarrollan en un clima de alta tensión política. Zúñiga había previamente advertido a Morales que sería detenido si intentaba postularse nuevamente a la presidencia en las elecciones de 2025, aumentando las especulaciones sobre los motivos detrás de la movilización militar.
En la 54 Asamblea General de la OEA, el Canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, expresó su preocupación por la situación en Bolivia, subrayando la importancia de preservar la democracia y el orden constitucional en la región.
Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, manifestó su solidaridad con el Gobierno boliviano a través de su cuenta de Twitter, escribió que fue derrotado por ahora el golpe en Bolivia.
La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos en Bolivia, con llamados a la calma y al respeto por las instituciones democráticas del país. La situación actual destaca la fragilidad de las democracias en América Latina y la urgente necesidad de soluciones pacíficas y democráticas para resolver los conflictos internos.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los eventos en Bolivia. Líderes y organizaciones de todo el mundo han llamado a la calma y al respeto por la democracia y el estado de derecho en el país sudamericano.
Esta situación crítica en Bolivia se produce en un momento de gran tensión política en la región, destacando la fragilidad de las democracias en América Latina y la necesidad de soluciones pacíficas y democráticas para los conflictos internos.