Los Andes-Sotomayor, Nariño – La tranquilidad de la comunidad de Los Andes-Sotomayor fue abruptamente interrumpida el pasado jueves 22 de agosto cuando seis hombres armados, con rostros cubiertos y vestidos con ropa de características militares, asaltaron la sede del Banco Agrario del municipio. Lo que más indigna a los habitantes es que casi 24 horas antes del asalto, varios hombres armados en camionetas de alta gama circularon por las calles de la población sin que las autoridades tomaran acción alguna.
El asalto, que ocurrió pasadas las 11 de la mañana, fue confirmado por Benildo Estupiñán, secretario de gobierno del departamento de Nariño, quien relató los hechos en una entrevista con Blu Radio. «Fueron seis hombres que portaban fusiles y pistolas los que llegaron pasadas las 11 de la mañana de este miércoles a la población y, tras amenazar con armas de fuego a los funcionarios y al gerente de la entidad bancaria, los obligaron a abrir la caja fuerte, de donde se sustrajeron una millonaria suma de dinero que aún no ha sido cuantificada», explicó el funcionario.
El atraco, que ocurrió a plena luz del día, se llevó a cabo sin que los delincuentes dispararan una sola vez. Como parte de la estrategia delictiva, los miembros de la banda criminal habrían intimidado a menores de un colegio cercano, obligándolos a salir de la institución minutos antes de perpetrar el robo, aparentemente con el objetivo de distraer a las autoridades y evitar una respuesta inmediata.
La comunidad se siente desprotegida y exige una explicación de las autoridades, no solo por la inacción frente a la presencia de hombres armados en camionetas de lujo, sino también por la aparente facilidad con la que se llevó a cabo el asalto. «Es inadmisible que estos individuos transitaran como Pedro por su casa, sin que nadie hiciera nada», manifestó uno de los líderes comunitarios, quien prefirió no ser identificado por razones de seguridad.
Ante la gravedad de los hechos, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional fueron convocadas a un consejo de seguridad en el departamento, con el fin de evaluar la situación y determinar las medidas a tomar para prevenir futuros incidentes similares. La comunidad, sin embargo, permanece en alerta, demandando acciones concretas y una respuesta efectiva por parte de las autoridades locales y regionales.
