El científico nariñense Alberto Quijano Vodniza lidera la construcción del Centro de Ciencias en la Loma del Centenario de Pasto, un megaproyecto que albergará el telescopio más potente de Colombia y que ya cuenta con apoyo institucional, conexión directa con la NASA y una proyección educativa que transformará el sur del país en un referente en astronomía y ciencia aplicada.
Pasto se prepara para mirar al cielo con una claridad nunca antes vista en Colombia. En la Loma del Centenario, una colina simbólica para el científico pastuso Alberto Quijano Vodniza, se inició el camino hacia la construcción del Centro de Ciencias de la Universidad de Nariño, que albergará el telescopio óptico más potente del país: un instrumento de un metro de diámetro y dos toneladas de peso, aprobado recientemente para su compra con recursos de regalías.
El anuncio lo hizo el propio Quijano en la siguiente entrevista con El Radar del Sol, donde detalló que el telescopio será diseñado por una firma especializada de Estados Unidos y que se espera su llegada a Colombia para mediados de 2026. Según el cronograma, el Centro de Ciencias estará operativo a finales de ese mismo año.
“El proyecto ya está aprobado por la oficina de Regalías. Tendremos un observatorio profesional, un planetario, y espacios dedicados a la infancia y la creación científica”, aseguró Quijano, quien ha sido reconocido nacional e internacionalmente por su vinculación con proyectos de la NASA y su liderazgo en la defensa planetaria desde el sur del país.
🪐 No todos los días un asteroide pasa tan cerca… ni un científico colombiano se convierte en guardián del planeta. Descubre la historia desde Pasto hasta la NASA. Mire la entrevista con el doctor Alberto Quijano Vodniza, y suscríbase a nuestro canal de YouTube:
📡 Un referente de ciencia real
El nuevo centro no será solo un observatorio astronómico. Según Quijano, el lugar contará con infraestructura para carreras universitarias en astrofísica, incluyendo pregrado, maestría y doctorado, gracias al creciente número de estudiantes formados en el Observatorio de la Universidad de Nariño, muchos de ellos con becas internacionales. Hasta la fecha, más de 47 estudiantes han desarrollado tesis sobre temas astrofísicos bajo su guía.
Entre los casos destacados se encuentra una joven de Belén, Nariño, quien diseñó un radiotelescopio casero con una antena parabólica y hoy realiza estudios de doctorado en Brasil. “Eso es lo que queremos replicar: que la ciencia sea un juego desde la infancia y que se transforme en vocación desde los territorios”, afirmó.
🌌 La defensa planetaria comienza en Pasto
Desde hace años, Quijano y su equipo han trabajado con misiones de la NASA como DART, que logró desviar un asteroide por primera vez. En 2021, en plena pandemia, participó en el seguimiento del asteroide Apophis, uno de los más monitoreados por su paso cercano a la Tierra, aportando cálculos orbitales a partir de datos recogidos desde Pasto.
“En Colombia se han dicho cosas inexactas sobre Apophis. Nosotros confirmamos que no colisionará con la Tierra ni en 2029 ni en 2036. No hay peligro durante los próximos 100 años”, puntualizó. Sin embargo, advirtió que siguen existiendo riesgos por cuerpos no detectados a tiempo, como ocurrió en 2013 en Rusia, donde un asteroide explotó en la atmósfera sin previo aviso.
Frente a esos desafíos, el científico subrayó que solo el trabajo riguroso y la cooperación científica permiten establecer defensas viables. “Uno debe estudiar al asteroide como a un oponente de ajedrez. Solo conociéndolo bien se puede evitar un desastre.”

🏗️ El largo camino para levantar un sueño
El proyecto fue concebido hace más de una década. Su construcción fue posible gracias al respaldo de varios mandatarios regionales, entre ellos los exgobernadores Camilo Romero, John Rojas y el actual mandatario Luis Alfonso Escobar, quien rescató la iniciativa tras haber desaparecido de los registros oficiales. El terreno, de 2 hectáreas, fue donado por el exalcalde Harold Guerrero y se encuentra en la zona nororiental de la ciudad.
Pese a los avances, el proyecto enfrentó obstáculos, como la demora de dos años para incorporarse al plan parcial urbanístico de la zona y las trabas para establecer la fiducia bancaria necesaria para continuar.
“Fue un calvario, pero no desistimos. Ya está todo en regla”, dijo Quijano. Hoy, los diseños arquitectónicos están aprobados, no pueden ser modificados, y el proyecto avanza hacia su fase final de ejecución.
Con visión, perseverancia y ciencia, el Centro de Ciencias de Pasto empieza a materializarse como un motor de transformación educativa, científica y cultural para Nariño y Colombia. Un espacio que no solo invita a observar el universo, sino a imaginar nuevos futuros posibles desde los territorios, con el mismo rigor con que se calculan las órbitas de los asteroides: mirando al horizonte con precisión y esperanza.
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